Complicated Game
(Complicated Game, 2015)
«Cariño, no me grites cuando estoy limpiando la escopeta». Así comienza el primer tema del noveno álbum de estudio de James McMurtry. 12 nuevas canciones como 12 nuevos relatos breves de puro realismo sucio y descarnado de quien vuelve a destacarse como digno heredero de su padre, el galardonado escritor texano Larry McMurtry (Paloma Solitaria, Hud, La última película…). Inmediatez de porche trasero. Historias periféricas de perdedores y carreteras solitarias. Mucho más acústico que sus discos anteriores y con presencia destacada del banjo. Obra maestra. Claramente, los pecados de los padres los heredan los hijos (aún no hemos escuchado el disco con el que ha debutado el nieto, el hijo del hijo, Curtis McMurtry, ya os contaremos si es o no también digno heredero de «la vieja religión»).
JOE FLETCHER
You’ve Got The Wrong Man
(Wrong Reasons Records, 2014)
En este disco el bueno de Joe se desembaraza de sus Wrong Reasons y graba sin banda, de un modo descarnado. El resultado es brutal. Parece una de las viejas grabaciones de Lomax. Grabado en la carretera, en múltiples localizaciones de su Nashville natal. No hablamos del Opry, ni del Ryman, ni del Country Music Hall of Fame. Es el Nashville de la puerta de atrás. El Nashville oscuro de los moteles residuales y los vertederos. Crudo y grumoso. Las fotografías de la cubierta son del grandísimo Joshua Black Wilkins, otro pajarraco del que nos ocuparemos más adelante, y la música suena exactamente a lo que se ve en las fotos. El tatuaje de Woody Guthrie es una auténtica declaración de principios. Disco árido y polvoriento. Escúchese con un buen vaso de moonshine.