Holy Ghost Power!
(Rootsy.nu, 2013)
Grabado en Lafayette, Louisiana. Nada menos que avalados por el público del Chickie Wah Wah de Nueva Orleans, ahí es nada. Góspel de tradición sureña, oscuro, gótico, aterrador, mezclado con el sonido secular del country blues. Música para levantar a los muertos. Música para caer de rodillas y elevar los brazos al cielo. La alegría de pecar y redimirse (y pecar de nuevo, ad infinitum). Música de dedo que te señala. Música de rasgarse la camisa. Música de confesar y de letanía (ora pro nobis). La misma tensión espiritual que dio lugar en su día a Jerry Lee Lewis y a Jimmy Swaggart. Música para incendiar pianos y casarte con la hija de tu primo, la de doce años. Especialmente indicada para pecadores jubilosos y arrepentidos (o no). Este es el disco que estábamos esperando. Música para sumergirse en el Jordán. «Canciones de Fe & Devoción, Amor & Desesperación. Canciones del Espíritu desde Ambos Lados». Lo mismo te invoco a Jesús que te salgo con el mismo Diablo. Predicadores afónicos desgañitándose en las ondas. Bautizos en los pantanos. Y todos a bailar. A dar saltos y gritos y a hablar en lenguas muertas. A sufrir sacudidas y convulsiones. Mucha palma, tapas de cubos de basura, Wurlitzer, Resonator, pandereta y kazoo. También banjo y trombón. Southern soul, saloon blues, rock ‘n roll… que no falte de «ná». El servicio incluye las «Llaves del Reino», «10.000 ángeles» y «el gozo de la Palabra». Música consciente de que la comida del diablo sabe a tarta. Mmmmmmm. Deliciosa. Música para apretarse el Cinturón (Bíblico). Biblias y pistolas (y moonshine). Reverendos ambulantes. Misas ruidosas en cobertizos malolientes. ¡Venid con el corazón contrito, venid al banco de las lamentaciones! ¡Venid, cojos, lisiados y ciegos! ¡Venid con el espíritu partido! ¡Venid vosotros que tenéis el alma negra de tanto pecar! ¡Venid con vuestros andrajos, vuestros pecados y vuestra suciedad! ¡Esta música os limpiará, os abrirá las puertas del Cielo! ¡Entrad y descansad! Congregaciones poseídas por sermones exaltados. Sudor y baba. Música para bailar con serpientes. ¡Aleluya!