Wolves
(Independent, 2015)
Tengo un amigo que sabe mucho de esto. Me dice que prefiere seguir en el anonimato, así es que aquí y en lo sucesivo me referiré a él como «mi amigo el entendido» o «el entendido» a secas. Pues bien, «mi amigo el entendido» afirma rotundamente que este es, sin duda, el disco del año. Hay que decir que en lo que va de año ya le he oído decir lo mismo, y con la misma rotundidad, de al menos otros seis o siete discos, pero no le digo nada (por lo de su amenazante rotundidad y porque sé que si se lo digo se va a deprimir honda e inconsolablemente y luego no va a haber quien le aguante). Pero lo cierto es que con estos Wolves la banda de Raleigh, Carolina del Norte, se sale del mapa. Estrenan sello y han grabado en Asheville, tierra de F. Scott Fitzgerald y de Thomas Wolfe. Eso repercute. Coincido en que puede que sea su mejor disco hasta la fecha. Dice «el entendido» que el siguiente paso lógico solo puede ser la disolución de la banda y el comienzo de la carrera en solitario de su líder, BJ Barham. Ya veremos.