HARD WORKING AMERICANS

Rest In Chaos
(Melvin Records, 2016)

David Schools de los Widespread Panic; Neal Casal desde los Cardinals de Ryan Adams hasta su más reciente incorporación en la Chris Robinson Brotherhood, y Chad Staehly de los Great American Taxi (que ya han asomado el hocico por este Blog). También Derek, el hermano pequeño de Duane Trucks. Todd Snider lo soñó. Juntar a toda esa peña. Unir la tradición del «songwriter» solitario (él) a la tradición de las «jambands» (todos ellos). Aparte, la idea de tocar con músicos de su edad y ver si duele o si, por el contrario, se lleva bien. Se ve que un día, el bueno de Chad le comenta a Todd que siempre que le ve está pegando la hebra con sus héroes viejunos (John Prine, Jerry Jeff Walker, Kris Kristofferson…) y que muy raras veces le ha visto subirse a un escenario con uno de sus pares. Así que, en la vieja tradición del trabajo duro de Woody Guthrie («canciones que conforten a los afligidos y que aflijan a los confortados»), Todd debuta con esta especie de súper-grupo el 20 de diciembre de 2013 en Boulder, Colorado, en uno de esos conciertos para recaudar fondos (una inundación, si no recuerdo mal). Acto seguido, hacen una gira y graban su primer disco. Y la cosa pudo haberse quedado ahí. En un sueño y un capricho. Otra jamband haciendo versiones. Porque he de decir que nunca he sido muy forofo de las jambands, y muchísimo menos de las bandas de versiones. Claro que las versiones de aquel primer disco eran tremendas. Canciones «perfectas» (en palabras del propio Todd) de gentaza como Hayes Carll, Chuck Mead, Will Kimbrough, Kevin Gordon, Randy Newman y Gilliam Welch. De coge pan y moja, para que me entiendan. Pero no. No quedó en eso. Tres años más tarde regresan y se dejan de versioncitas. Han pasado cosas y las han ido digiriendo y grabando durante una gira. Todos los calificativos que les dedican quienes tienen la suerte o el buen gusto de escucharlos son francamente golosas. Estilo «blue-collar», música «gonzo-outlaw». Un nuevo «tono swamp con algo de blues sureño mezcla de Dr. John, J.J.Cale y Billy Gibbons»; y mi favorito, desde el crítico emocionado de la revista American Songwriter: «Si el novelista hardboiled Jim Thompson hubiese decidido liderar una banda de rock and roll, esa banda habría sonado exactamente como los Hard Working Americans». Para acabar añadiendo: «Si te gustan las historias de los arruinados, de los quemados, de los podridos de alcohol, de los resignados y de los jodidos muy jodidos, cantadas y tocadas por unos tíos que saben perfectamente lo puta que puede llegar a ser la vida, este es tu disco». Y para más inri, la cosa incluye un tema compuesto para la ocasión por el inmenso Guy Clark, «The High Price of Inspiration», con él mismo sentado a la guitarra, en la que probablemente haya sido su última incursión en un estudio. Sin tonterías.