«Nice boys don´t play rock and roll», lo cantan Rose Tattoo y se puede aplicar también al boxeo.
Los niños bonitos no se meten en un ring a darse de hostias para llevar el pan a la mesa.
Sugar Ray Leonard, Roberto Durán, Marvin Hagler y Thomas Hitman, desde finales de los setenta y la década de los ochenta, se zurraron de lo lindo para ver quién era el mejor en lo que, sin duda, fue la época dorada del boxeo.
Que cuatro púgiles de su clase fueran contemporáneos es una circunstancia que difícilmente va a volver a repetirse, y de eso va Leyendas del ring.
Bueno, de eso y mucho más: las luchas internas y los demonios de cada uno al llegar a lo más alto, el precio de la fama, las drogas, las lesiones, caerse y levantarse otra vez…
Y todo ello enmarcado en el contexto histórico de la época. No hay que olvidar que el señor Ronald Reagan, el 40º presidente de EEUU por aquel entonces, entre otras lindezas, estaba con su «No a las drogas» mientras, de espaldas al Senado, traficaba con farlopa para financiar a «la Contra» en Nicaragua.
Leyendas del ring, cuatro episodios que te van a dejar KO, tanto si te gusta el boxeo como si no, se puede ver en Movistar.
Uno, que es muy aficionado al deporte, ha estado viendo en directo a los New York Knicks en el Madison Square Garden y a los New York Yakees en el Yankee Stadium, pero tengo una espinita clavada por no haber visto nunca un buen combate de boxeo en algún marco incomparable. Espero poder quitármela algún día.
Esa y la de ver al Betis en el Benito Villamarín.