Your Dog, Champ
(Last Chance Records, 2015)
Aprovechando que en pocos días saldrá de imprenta nuestra flamante edición del inmenso Joe de Larry Brown, rescatamos este maravilloso disco de Brent Best que, de haberse grabado veinticinco años antes, habría sonado permanentemente en la radio de la GMC del bueno de Joe y, por supuesto, en casa de Larry (con sonido de lata de cerveza aplastada de fondo y perro a los pies). Slobberbone, la gloriosa (y criminalmente infravalorada) banda de Texas liderada por Brent Best, era el grupo favorito de Larry Brown, siempre lo dijo, y en contrapartida, las canciones de Brent Best (declarado fan, también, de la literatura de Harry Crews) eran y siguen siendo puro grit lit, pura América Gótica Sureña, con polvoriento acento tejano; cualquiera de sus composiciones podría figurar, sin desentonar, en cualquier libro de relatos del propio Larry (vaya el comienzo de «Good Man Now» a modo de muestra: «Mamá, tú siempre me dijiste que el único hombre bueno es un hombre muerto. / Y supongo que algo tendría que ver con el hombre que elegiste como esposo. / Así que fui a verle una noche y lo clavé a la cama, / y me quedé a su lado, riéndome, mientras las sábanas se iban tiñendo de rojo […]», con su pedal steel y su lúgubre violín. De hecho, una de las canciones de este disco, «Robert Cole», una historia de madurez forzada e inocencia perdida, ya había aparecido en el Just One More de Bloodshot Records, el emocionante disco homenaje a Larry Brown que produjo y compiló Tim Lee en 2007 y que ya reseñamos por aquí en febrero de 2016. Cuando le preguntan por Stephen King, otro célebre admirador de Slobberbone (adora la canción «Placemat Blues» y en La casa negra menciona el tema «Gimme Back My Dog», una canción que podría muy bien haber compuesto el propio Joe de la novela de Larry), Brent Best siempre aprovecha para decir que su autor favorito del mundo mundial es, precisamente, Larry Brown, quien no solo sería una enorme influencia en su música (para el álbum Barrel Chested de Slobberbone escribió una canción, «Little Drunk Fists», basada en uno de sus cuentos, «Kubuku a las riendas», de Dar la cara), sino que, también, poco antes de su fallecimiento, se convertiría en uno de sus mejores amigos. Después de su otra tentativa ruidosa con The Drams (y su único álbum, Jubilee Drive), la segunda banda de Best, que siguió a la disolución de los Slobberbone (que en realidad nunca fue tal, pues siguieron dando conciertos y sacando discos), el cantante de Denton, Texas, publicó este Your Dog, Champ, su primer disco en solitario. Más viejo, más sabio y menos bullicioso, menos guitarrero que en sus anteriores bandas, más introspectivo y más descarnado, apostando por un sonido más folk y más country, Best nos entrega once relatos interpretados por personajes sombríos, gente del barro, blue collars, despojos de la América más anochecida, parques de caravanas, fábricas clausuradas, bares oscuros y familias disfuncionales (mucho demonio privado), en los que, sin embargo, no falta la ternura (como en la emocionante «Aunt Ramona», una pequeña y deliciosa road movie), ni la rabia a lo Crazy Horse (con la poderosa descarga de ese himno que es «Tangled»). Y lo hace en compañía de unos cuantos sospechosos habituales, sus compatriotas tejanos Ralph White (de Bad Livers) al violín, Grady Don Sandlin (de RTB2) en la batería, Scott Danbom (de centro-matic) en los teclados y Claude Bernard (de The Gourds) en el acordeón (no es mala banda para atracar un drugstore, usted verá). En definitiva, música sucia, con todas las de la ley (en contra). Uno de los nuestros.