PETE BERWICK

The Legend of Tyler Doohan… and other tales of victory and defeat.
(Little Class Records, 2015)

La verdad es que ha sido un reencuentro portentoso. Se me pasaron un par de discos y un par de novelas desde aquel glorioso Just Another Day In Hell que escuché en su día hasta extenuarlo y este recientísimo The Legend of Tyler Doohan (que ya va camino de acabar igual). No sé en qué cojones estaría pensando (tanta ñoñez de por medio). Siete años que han llevado a este pionero del cowpunk (olvídate de los Scorchers, de los Beat Farmers y de los putos Long Ryders), boxeador amateur, el último de los «hardcore troubadours», desde el sello Shotgun Records hasta la imprescindible Little Class Records, una discográfica con un nombre que le viene como anillo al dedo. Poca clase, música que suena, como muy bien dijo el reverendo Keith A. Gordon, a «cerveza fría al final de quinientas millas por una carretera mierdosa, así de condenadamente bien». El reverendo no recuerda dónde conoció exactamente a Pete Berwick. Debió ser en un túnel de lavado, en la fila de de una de las muchas tiendas de empeños de Nashville o puede que durante una pelea de bar en algún callejón trasero del Music City Dive. Ya se sabe lo que suele decirse de los ochenta, si realmente te acuerdas de esa década, bueno, es que no la viviste. Las notas de prensa (de prensa muy underground, prensa muy peregrina, muy de «fuck mainstream», muy de «métete a Garth Brooks por el recto», prensa de puro corazón, prensa, en definitiva, fiable), no pueden ser más elogiosas. «Imagínense el blues de Bob Dylan mezclado con la urgencia de Social Distortion y The Clash, y se harán una idea bastante aproximada de qué va el rollo de Pete Berwick». «Berwick se ha ganado su posición entre leyendas como Hank, Waylon, Townes Van Zandt, Steve Earle y John Mellencamp. Su voz canta al corazón roto, al dolor y a la redención, y como en la vida real, los finales no son siempre felices». «Su voz descarnada y su estilo de música nos retrotraen a los tiempos de los forajidos del country como Waylon Jennings, Johnny Cash y sí, incluso David Allan Coe. Sus canciones nos relatan las historias de los héroes de la clase obrera. Si no os gusta Pete Berwick… podéis besarme el culo». «Me hace pensar en que Hank lo hubiese hecho así». Y, por último, mi favorita: «Berwick es, a partes iguales, Johnny Cash, Steve Earle, Jack Kerouac y James Cagney marinados en whisky y gasolina». El puto amo. Así que, en efecto, si no estáis ya bicheando por ahí para escucharlo, que os den.