Ya os aviso desde el principio que no hay anécdota en este blog.
Por mucho que me he rascado la cabeza intentando buscar alguna conexión entre mis correrías y Dinamarca, no he encontrado ninguna.
Lo que sí que hay es una serie de nivelazo y, además, lo reconozco, estoy enganchado a las series danesas. Así que, más adelante, seguro que cae algún otro blog sobre algunas de las series que se están currando en el país de Hans Christian Andersen.
La Ruta del Dinero consta de tres temporadas de diez episodios cada una y se puede ver en Filmin.
Las dos primeras están conectadas y se centran en las estafas que se producen en torno a las energías renovables. Porque mueven mucha pasta y porque, por mucho que les guste a los daneses la lechuga e ir en bici a todas partes, un buen fajo de billetes es un buen fajo de billetes.
Es curioso que el personaje del codicioso jefe de operaciones de la empresa de energías renovables sobre la que gira toda la trama, se parezca tanto a Rutte. Y no me refiero a Rute, la capital mundial del anís, situado en la Subbética cordobesa, sino a Rutte, el primer ministro de los Países Bajos, el mejor amigo de los habitantes del sur de Europa.
Otra curiosidad de estas dos primeras temporadas es haber descubierto a la actriz Natalie Madueño, con padre de Almodóvar del Río, provincia de Córdoba. Seguro que la reconocéis porque es igualita a La Chiquita Piconera de Julio Romero de Torres. Y, claro, destaca entre tanto guiri.
La tercera temporada va sobre la pasta que se mueve al introducir en Dinamarca el hachís procedente de Marruecos, con parada en España.
Los daneses nos pueden parecer muy estirados mirándolos de abajo a arriba, física y geográficamente, pero a los chiquillos también les gusta relajarse con un canutito, en su caso junto a una chimenea, como a todo hijo de vecino.
Yo, como vuestro abogado, os recomiendo que os encerréis en casa, tiréis la llave y os enchuféis a La Ruta del Dinero.
¡Además podréis fumar todo lo que os dé la gana viendo la serie!