Culpable o no, si te persiguen los maderos, hay que correr.
Esta premisa sirve para estas tierras y, por lo que se ve en PREY, en Yorkshire, Manchester, la cosa también funciona así.
PREY, serie producida por RED PRODUCTION COMPANY e ITV STUDIOS, consta de dos temporadas de tres episodios que te hacen sudar como una buena sesión de footing, aunque no te muevas del sofá.
Cañera, trepidante y realista, los protagonistas tienen barriga porque comen muchas chocolatinas y beben muchas pintas de cerveza al salir del curro, no como en los thrillers gringos, en los que las tías tienen unas tetas y unos culos de infarto, y los tíos se gastan unos pectorales más grandes que mi cabeza.
Claro que, como ya he dicho, eso no les impide correr como descosidos cuando les persiguen.
Traición, deslealtad… después de ver PREY vas a mirar a esos colegas de los que tanto te fías de una forma muy diferente, te lo aseguro.
Cada temporada se centra en un caso que empieza y termina con los tres episodios. Como un buen libro de relatos.
Yo me lo he pasado como un enano viendo el modo en que los inocentes son acosados por cosas que no han hecho.
Si eres de los que se apuntan al gym y luego no van, PREY te va a ayudar a quemar esa grasa de tu cuerpo que no te gusta gracias a los botes que vas a dar en tu sillón disfrutando de esta serie.
Sin la menor duda, la recomiendo.