Rott-N-Roll
(Hyena Records, 2008)
Grayson Capps fue concebido en el asiento de atrás de un Pontiac, hijo de una estudiante de la universidad de Auburn y un predicador de Alabama que escribió un libro (Off Magazine Street) que nunca llegaría a publicarse. Es un buen comienzo para cualquier biografía. El propio Capps poco más puede añadir. Sonríe y dice: «Escribo canciones de profetas muertos disfrazados de borrachuzos de pueblo que van por ahí gritando: “¡Miradme, yo también soy hermoso!». Es en parte cantante country, en parte bluesman, en parte predicador, en parte vagabundo y en parte poeta. A todo eso huele el Rott-N-Roll que, aparte del título de su quinto álbum, es también la muletilla con la que sus seguidores definen su música: una mezcla de rock de los viejos tiempos, soul sureño y country blues, para relatar historias de prostitutas, alcohólicos y vagabundos. Uno de una revista quiso encasillarle una vez en un género y Capps le respondió: «Bueno, si Mississippi Fred McDowell se sentase con Tom T. Hall y se pusieran a beber Newcastle con AC/DC sonando de fondo, eso podría darte una idea aproximada de lo que yo hago». En su vida hay un momento clave. Ese momento es una mujer llamada Ragtime Mary que lleva un tatuaje con la famosa fotografía de Johnny Cash haciendo la peineta, tiene pelos en las piernas y huele a chivo. Ella y la escena de la que formaba parte hicieron que Capps abandonase Alabama y se fuese a vivir a Nueva Orleans durante años. La mujer acabaría convertida en «Washboard Lisa», la canción que aparecería en A Love Song For Bobby Long. En esa película lo descubrimos allá por 2004. La película, a decir verdad, no es muy allá, pero se deja ver y tiene, además, un John Travolta inmenso y una banda sonora fantástica (tres canciones de Grayson Capps y temas de Los Lobos, Thalia Zadek, Magic Slim y Lightnin’ Hopkins). Motivos más que suficientes para echarle un ojo. Está, por cierto, basada en el libro nunca publicado que escribió su padre, el predicador de Alabama (el de la estudiante de Auburn y el asiento trasero del Pontiac). Película de familia disfuncional y perdedores. Memorable el momento en que Travolta le recomienda a Scarlett Johansson El corazón es un cazador solitario, de Carson McCullers, y la canción de Capps «Lorraine’s Song (My Heart Was A Lonely Heart)» cantada a dúo con Theresa Anderson. Capps ya había colaborado con su música en el anterior trabajo de Shainee Gabel, Anthem un documental en el que, a lo Viajes con Charlie de Steinbeck, dos chicas recorren las carreteras del país en busca de una nueva definición del Sueño Americano (viaje en el que se toparán con gente como Robert Redford, Hunter S. Thompson, Chuck D, Willie Nelson, John Waters, Tom Robbins y Studs Terkel). Pero fue con Bobby Long (y la insistencia de Scarlett Johansson en que había que escuchar a este tipo greñudo) con quien la gente comenzó a fijarse en las canciones de Capps. Desde entonces no ha parado de grabar discos gloriosos. Sigue grabando en sellos pequeños y haciendo lo que le da la gana. Sus héroes son Tom Waits, John Prine y Tom T. Hall. Su canción favorita de estos últimos quince años es «Goddamn Lonely Love» de los Drive By Truckers. Y de vez en cuando toca con gente como Malcolm Holcomb, Truckstop Honeymoon, Will Kimbrough y Sugarcane Jane. «Canciones de profetas muertos disfrazados de borrachuzos de pueblo», en efecto, poco más se puede añadir.