The Great American Writers' Cookbook.
Dean Faulkner Wells, editor.
Yoknapatawpha Press, 1981.
ISBN: 0-916242-14-1 Página 100.
Colección de recetas escritas por escritores estadounidenses que apareció primero en Playboy (octubre de 1981). En la sección «Aves y caza» aparece la receta de Crews para cocinar una serpiente.
HARRY CREWS
Nació en Georgia. Es autor de Festín de serpientes (1976) y de Blood and Grits (1979). Fue galardonado con el Premio de la Academia Norteamericana de las Artes y las Ciencias en 1972, es columnista de la revista Esquire y profesor en la Universidad de Florida.
BISTEC DE SERPIENTE
Hágase con una serpiente de cascabel diamantina.
(Cuatro metros y medio de manguera de jardín, un poco de gasolina en un tarro tapado, un saco de arpillera y un palo largo será todo lo que necesite para hacerse con la serpiente. En un día frío, de cero grados o menos, busque el agujero de una gopher –el nombre sureño de la tortuga terrestre–. Introduzca la manguera por el agujero hasta que toque fondo. Vierta una cucharada de gasolina por el extremo de la manguera. Cubra el extremo de la manguera con la boca y sople. En breve, la serpiente de cascabel saldrá del agujero. Sitúe el palo en la parte central de su cuerpo, levántela y déjela caer en el saco. De camino a casa no se cuelgue el saco por encima del hombro y, en líneas generales, intente que no le muerda a través de la tela.)
Destripe y despelleje la serpiente. No hace falta ninguna habilidad especial para ello. Córtele la cabeza a unos quince centímetros por detrás de los ojos. Córtele la cola a unos treinta centímetros por encima del último cascabel. Desgárrela a lo largo de la tripa y extraiga todo lo que vea. Pélela como un plátano sirviéndose de unas tenazas, igual que haría con un siluro. Seccione la serpiente en filetes de dos centímetros y medio. Déjelos macerar en vinagre durante diez minutos. Escúrralos y séquelos. Rocíelos con salsa picante, cualquiera de las marcas de New Iberia, Louisiana. Rebócelos en harina y fríalos con cuidado de que no se hagan demasiado. Sal al gusto y servir con lo que sea que le guste acompañar habitualmente una carne ligera y delicada.
Calcule una serpiente por comensal. Siempre es mejor pasarse que quedarse corto cuando uno va a zamparse algo rico.
Harry Crews